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"Stoner", de John Williams

 Temo haber vivido mi vida como si ello fuera un simulacro. Como si yo tuviera el don de vivir por mí dos veces. De haber dejado a un lado la que importa en prenda de una vez futura, Y haber malgastado en borradores la presente. Rafael Berrio (1963-2020) Los delicados trazos endulzan en parte el amargor de este trago, pero la historia destila demasiado veneno, un fondo de crueldad. El autor juega con el destino del personaje, sin posibilidad de redención. Stoner es una marioneta, un cuerpo sin alma, en manos de un dios caprichoso. La omnisciencia del narrador también puede ser esto. Si consideramos que las cartas del destino de Stoner están marcadas desde el principio (recorrer el mismo círculo infernal del viejo profesor Sloane), Stoner sería una obra trágica; si consideramos que no ahorra ninguno de los grandes acontecimientos de una vida marcada por la derrota, Stoner sería una farsa. ¿Quién es William Stoner? Alguien que logra trascender sus orígenes humildes, abandonando la
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"Pura pasión", de Annie Ernaux

"No podía mirar la televisión ni hojear revistas, en todos los anuncios de perfumes o de microondas siempre se ve lo mismo: una mujer esperando a un hombre" (...) "En una ocasión, tumbada boca abajo, me masturbé, y me pareció que era él quien gozaba". Una narración breve curiosa y muy sincera sobre una mujer (la propia Annie Ernaux, al parecer) que vive una pasión con un hombre casado, y se obsesiona con su recuerdo y su ausencia. Al hombre lo desconocemos, salvo por breves pinceladas y algunas confidencias sexuales ya que solo asistimos al monólogo de la mujer, que vive esclavizada por esa pasión, que la absorbe y la anula, a la vez que la invade como un tumor maligno. Vive esa pasión como un lujo, devora el recuerdo del hombre con gula, ojos, cuerpo, sexo, olor... adiós, hombre, adiós. Annie Ernaux parece pertenecer a esa saga de escritores franceses que hacen de la brevedad un don, sin meandros ni capas de retórica o maquillaje. Como Emma

"Esta bruma insensata", de Enrique Vila-Matas (Seix Barral, 2019)

Termino de leer el libro número 23 (entre novelas, cuentos reunidos y ensayos) de Vila-Matas,  y me pregunto en qué medida ha decaído mi interés por él (casualmente, coincide con su marcha de la editorial Anagrama para fichar por un club mayor -Seix Barral-). Está claro que nuestra relación se ha enfriado, como el de un antiguo amor, pero no quiero pensar que es él el que ha cambiado y yo, como lector, sigo siendo el mismo. Yo empecé a leer a Vila-Matas algo tarde, más o menos cuando radicalizó algo más esas historias narradas al borde de la literatura, donde se desdibujaban como un juego las figuras del autor, el narrador, y los personajes (El mal de Montano, Doctor Pasavento, etc.). Tal vez en sus últimas novelas esa obsesión es ahora todavía mayor, el juego cada vez más peligroso (como una ruleta rusa entre el autor y su lector), y sus experimentos novelísticos, frente a su pretendida representación de lo real, expandiendo hasta el extremo sus límites (como una arquitectura imp

"Hace tiempo que vengo al taller y no sé a lo que vengo", de Jorge de Cascante (Blackie Books, 2019)

Fotografía del autor [fuente: Twitter] Hace tiempo que vengo al taller y no sé a lo que vengo by Jorge de Cascante My rating: 4 of 5 stars Sesenta mini relatos de humor extraño, afilados como el filo de una navaja y con cierta sensibilidad y buen oído para captar el idioma de una generación (la suya y la nuestra en parte) hundida en el lodo del consumismo y la obsesión por ser amados a cualquier precio. La mayoría de los relatos están narrados en primera persona con la intención de subrayar, con ironía y humor negro, la alienación de unos personajes encerrados en sí mismos, gravitando sobre ese agujero negro que es el yo, y buscando con obsesión escapar de la soledad y encontrar al otro a través del amor, la comprensión o la amistad. Sin embargo, las narraciones (en formas de monólogos, cartas y correos electrónicos... y con un estilo ridículamente informal), son truculentos viajes al centro de mentes quebradas por esa obsesión de ser queridos o amados pero qu

"Rialto, 11" de Belén Rubiano (Libros del Asteroide, 2019)

El guiño de Belén Rubiano a las "Memorias de África" de Karen Blixen ("Yo tenía una librería en Sevilla") no podía ser más oportuno: son estas unas memorias literarias que narran la aventura de una joven, a la que vuelve a convocar unos veinte años después, por esas frágiles naves que son las librerías, primero como empleada en una de las conocidas librerías de Sevilla cerrada hace pocos años (que ella, con cierta discreción, oculta el nombre de la Librería Beta, y menciona solo a su empleadora, "la señora de Burgos"), y luego con su propia librería Rialto. Como las memorias de Dinesen, estas son también unas historias de amor (por los libros en este caso), infidelidad (de muchos lectores por la suerte de este tipo de librerías), contratiempos y anécdotas, y finalmente desengaño, con el cierre tras un lustro navegando por esa corriente del mercado y los duros escollos de las finanzas, y con el doloroso recuerdo de las cenizas de su amada

Arde Sevilla: Niño de Elche en el Teatro Lope de Vega

Foto: oscaromi Septiembre de 2018. Aún resuenan los alaridos de la ortodoxia. Los ayatollahs del flamenco puro. Purísimo como la Virgen María. Ave María Purísima sin pecado concebida. Una fatwa contra el Niño de Elche que se atreve a escupir contra el libro sagrado del flamenco. Leo al crítico del ABC que aún tiene pesadillas con la actuación del Niño de Elche. Yo estuve ahí, y si el rey estaba desnudo es porque literalmente se desnudó. Solo eso. Por lo demás, a mí me gusta que un artista me descoloque, me hiera o me vulnere. Que rompa mis esquemas si hace falta. Que me desnude o me ultraje con el cante o con los versos. Y el Niño de Elche me descoloca, me desnuda y me emociona por momentos. Él se caga en la ortodoxia, escupe herejías, blasfema y se ríe de la caspa y rancia sevillanía (los Antonio Burgos, Zoido). Incendiario, indómito, salvaje, terrorista, Francisco Contreras es una fuerza que hermana en espíritu el flamenco (la fuente de la que parte, la leche que ha

"Verde agua", de Marisa Madieri

Fotografía de Berndthaller (https://pxhere.com/es/photo/443260) Me alegra haber conocido a la escritora Marisa Madieri (1938-1996). "Verde agua" (traducción de Valeria Bergalli) es diario y memoria del exilio: de Fiume (actual Rijeka, Croacia) al Trieste dividido en dos zonas tras la Segunda Guerra Mundial. La vida pobre en las viviendas comunitarias de los inmigrantes. Frente a la pobreza y la transitoriedad, frente a la vergüenza, Madieri se recrea en todo lo que la rodea: su mirada se enamora de las cosas. Una saudade superada por un amor insaciable a la vida. Eso es lo que se refleja en la hermosa voz y mirada de Madieri. Es como un fado, un fado enamorado, trasladado a las aguas e islas del Adriático. La edición de Minúscula incluye un postfacio de su marido, el escritor Claudio Magris. Una joya.