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Mostrando entradas de 2015

"Los perros de Tesalónica" de Kjell Askildsen

“¿Te acuerdas de aquellos perros de Tesalónica que no podían separarse tras haber copulado?, preguntó. En Kávala, respondí. Los viejos sentados en la terraza del café gritaban, prosiguió, y los perros aullaban intentando librarse el uno del otro. Y cuando salimos de la ciudad vimos una luna creciente y fina tumbada de espaldas, y tú y yo nos deseamos, ¿lo recuerdas? Sí, contesté.” La escena Variaciones de un mismo cuento. Pongamos una pareja en un escenario común, ordinario: una casa por ejemplo. Pero no es una casa normal, claro, pues la situación es extraña, tensa. Un ambiente de pareja (un matrimonio o unos hermanos por ejemplo) viciado por el rencor, la frustración, la incomunicación o el deseo de escapar. Son personajes que parecen atrapados en una escena sin sentido, paralizados en un teatro de marionetas, tediosas escenas de gestos y diálogos repetidos, mecánicos, frases apenas formuladas, preguntas sin respuesta, escupidas a la nada, como en una ópera bufa,

Anarquía en Barbastro: "Gran Vilas" de Manuel Vilas

Manuel Vilas saca el polvo de las carreteras infinitas con sus cantos eléctricos al yo y al amor. Gran Vilas conduce enfebrecido por las rutas que unen a Whitman o Emerson con Johnny Cash, Bob Dylan, Leonard Cohen o si queréis también Lou Reed y los escupitajos anarquistas del punk. Todos jóvenes, todos muertos, golpeando sus huesos contra el asfalto, quemando su juventud a la velocidad del amor. Porque ese Gran Vilas al que se rinde culto en el libro no es más que la fuerza rebelde, alegre y maldita del Yo capaz de mirar de tú a tú a los dioses, un canto beodo de amor capaz de rivalizar con su luz de tinieblas lo celestial, de galvanizar con su corriente eléctrica y su energía voraz tantas servidumbres innecesarias sacando a empujones contra la cuneta al redentor, a Dios y al mismísimo Diablo. Solo cabe esperar que los dioses enfurecidos no castiguen esa hibris poética, ese canto borracho de autoafirmación y Gran Vilas pueda seguir volando con su luz cegadora, máquina sin frenos lanz