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Mostrando entradas de 2018

Arde Sevilla: Niño de Elche en el Teatro Lope de Vega

Foto: oscaromi Septiembre de 2018. Aún resuenan los alaridos de la ortodoxia. Los ayatollahs del flamenco puro. Purísimo como la Virgen María. Ave María Purísima sin pecado concebida. Una fatwa contra el Niño de Elche que se atreve a escupir contra el libro sagrado del flamenco. Leo al crítico del ABC que aún tiene pesadillas con la actuación del Niño de Elche. Yo estuve ahí, y si el rey estaba desnudo es porque literalmente se desnudó. Solo eso. Por lo demás, a mí me gusta que un artista me descoloque, me hiera o me vulnere. Que rompa mis esquemas si hace falta. Que me desnude o me ultraje con el cante o con los versos. Y el Niño de Elche me descoloca, me desnuda y me emociona por momentos. Él se caga en la ortodoxia, escupe herejías, blasfema y se ríe de la caspa y rancia sevillanía (los Antonio Burgos, Zoido). Incendiario, indómito, salvaje, terrorista, Francisco Contreras es una fuerza que hermana en espíritu el flamenco (la fuente de la que parte, la leche que ha

"Verde agua", de Marisa Madieri

Fotografía de Berndthaller (https://pxhere.com/es/photo/443260) Me alegra haber conocido a la escritora Marisa Madieri (1938-1996). "Verde agua" (traducción de Valeria Bergalli) es diario y memoria del exilio: de Fiume (actual Rijeka, Croacia) al Trieste dividido en dos zonas tras la Segunda Guerra Mundial. La vida pobre en las viviendas comunitarias de los inmigrantes. Frente a la pobreza y la transitoriedad, frente a la vergüenza, Madieri se recrea en todo lo que la rodea: su mirada se enamora de las cosas. Una saudade superada por un amor insaciable a la vida. Eso es lo que se refleja en la hermosa voz y mirada de Madieri. Es como un fado, un fado enamorado, trasladado a las aguas e islas del Adriático. La edición de Minúscula incluye un postfacio de su marido, el escritor Claudio Magris. Una joya.

Manuel Vilas y la noche de los muertos: Ordesa

Noche en Ordesa, Pirineos (fotografía de Guillermo Casas Baruque) https://www.flickr.com/photos/cguille/ Un libro siempre es un escenario donde se enfrentan el autor y el lector. Un campo de batalla minado de sospechas, engaños, traiciones. Un duelo a vida o muerte. Ansia fratricida. El largo cortejo que termina en la coyunta o, como en la mantis hembra, la muerte del macho. Empiezas Ordesa y las primeras nubes cubren de sombras la escena. ¿Qué es Ordesa, te preguntas? Ordesa es un viaje de casi 400 páginas a las tinieblas de Manuel Vilas. Una divagación dolorosa en torno a la muerte de los padres y la soledad. Una plegaria. Stabat Mater. Vilas toma tu mano y te pide que lo acompañes por su viacrucis, a su sacrificio en el altar solar, a que lo asistas desnudo a su propio martirio. Un viaje a las profundidades del infierno para dialogar con los muertos. Todos están muertos. Tú, lector, estás muerto. Bailas al son de la música de Ordesa. La danza cósmica de la vida y la m

Semillas de gracia: memorias de amor, guerra y amistad, de Thomas Mermall

Leído este libro de más de 500 páginas, me viene a la cabeza la afirmación de Roberto Bolaño de que uno no debería leer autobiografías, salvo cuando el que la escriba tenga un pene en erección de treinta centímetros. Esta regla invalidaría cualquier biografía y no harían justicia a estas memorias escritas con honradez y que se leen con gusto. Mi impresión es que el libro de Mermall es interesante por exponer todo lo que cabe en una vida humana, un vida humana normal y corriente. Si sois amantes de las biografías heroicas tipo Napoleón en Santa Helena o de las grandes gestas intelectuales a lo Stephen Hawking o Marie Curie tal vez este no sea vuestro libro. Tampoco si lo que os gustan son los cotilleos o las maledicencias políticas o literarias, que aquí el pudor o la discreción sortean. Mermall es proclive a exponer intimidades, rencores, agradecimientos y algunas vergüenzas, pero vinculadas a su intimidad, aireando sus victorias y derrotas domésticas (padres, madras

Elogio de la anormalidad: "El club de los mentirosos", de Mary Karr

Sobrevivir al campo de batalla de la familia Karr en las quinientas páginas de este libro no es tarea fácil. Mary Karr ha nutrido estas memorias literarias de los escombros y las minas de los recuerdos que cualquier otra persona enterraría en el diván del psicoanalista. Se necesitan muchas agallas para eso. Y todo esto, con gran talento narrativo: maestría para el relato oral, capacidad de dotar a la historia de imágenes que se graban en la mente del lector (como esa madre enloquecida por el alcohol, esperando a la intemperie las tormentas salvajes), y buenas dosis un humor, a veces soterrado, otras explosivo, y siempre muy negro, a tono con lo narrado. Adscribiéndola al paisaje (el feo villorrio texano de Leechfield), podríamos considerarla como gótico sureño (con esos personajes terribles, como esa abuela que parece escapada de un relato de Flannery O'Connor); respecto al punto de vista infantil que recupera Mary Karr (ese tiempo lento, suspendido en el mito, p

"El día de la lechuza", de Leonardo Sciascia

"El día de la lechuza" es una de las novelas más recomendables para quien quiera aproximarse al escritor siciliano Leonardo Sciascia. Junto con "A cada cual lo suyo" y "La desaparición de Mejorana", se trata una de sus mejores novelas sobre la Sicilia criminal, tan consustancial a su narrativa, al fin y al cabo un siciliano como él es mejor testigo del crimen que los suecos o islandeses. Sciascia muestra, con una mirada lúcida o crítica, las ramificaciones de ese sistema de poder violento que existía y existe en el sur de Italia, cuyas raíces absorbían todas las sustancias corruptas o podridas del Estado: la mafia, ese poder omnívoro e invisible, al que le negaban carta de naturaleza en la época en la que Sciascia escribió esta novela. Él nos lo cuenta con una prosa que debe tal vez mucho a su paisaje siciliano: una prosa seca (no áspera o pedregosa, ya que momentos le infunde un soplo poético), con olor a tierra, a gente, despojada de ad