Manuel Vilas saca el polvo de las carreteras infinitas con sus cantos eléctricos al yo y al amor. Gran Vilas conduce enfebrecido por las rutas que unen a Whitman o Emerson con Johnny Cash, Bob Dylan, Leonard Cohen o si queréis también Lou Reed y los escupitajos anarquistas del punk. Todos jóvenes, todos muertos, golpeando sus huesos contra el asfalto, quemando su juventud a la velocidad del amor. Porque ese Gran Vilas al que se rinde culto en el libro no es más que la fuerza rebelde, alegre y maldita del Yo capaz de mirar de tú a tú a los dioses, un canto beodo de amor capaz de rivalizar con su luz de tinieblas lo celestial, de galvanizar con su corriente eléctrica y su energía voraz tantas servidumbres innecesarias sacando a empujones contra la cuneta al redentor, a Dios y al mismísimo Diablo. Solo cabe esperar que los dioses enfurecidos no castiguen esa hibris poética, ese canto borracho de autoafirmación y Gran Vilas pueda seguir volando con su luz cegadora, máquina sin frenos lanzada al abismo del amor y la destrucción.
"Hace tiempo que vengo al taller y no sé a lo que vengo", de Jorge de Cascante (Blackie Books, 2019)
Fotografía del autor [fuente: Twitter] Hace tiempo que vengo al taller y no sé a lo que vengo by Jorge de Cascante My rating: 4 of 5 stars Sesenta mini relatos de humor extraño, afilados como el filo de una navaja y con cierta sensibilidad y buen oído para captar el idioma de una generación (la suya y la nuestra en parte) hundida en el lodo del consumismo y la obsesión por ser amados a cualquier precio. La mayoría de los relatos están narrados en primera persona con la intención de subrayar, con ironía y humor negro, la alienación de unos personajes encerrados en sí mismos, gravitando sobre ese agujero negro que es el yo, y buscando con obsesión escapar de la soledad y encontrar al otro a través del amor, la comprensión o la amistad. Sin embargo, las narraciones (en formas de monólogos, cartas y correos electrónicos... y con un estilo ridículamente informal), son truculentos viajes al centro de mentes quebradas por esa obsesión de ser queridos o amados pero qu...

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