Vía revolucionaria by Richard Yates
He aprovechado que han vuelto a recomendar esta obra en un club de lectura para repasar (que no releer) mis notas mentales sobre esta obra que leí hace ya dos años. Ahí va más o menos mi opinión sobre esta novela:
En líneas generales, no me gustó. Me resultó difícil conectar con una pareja que me cayó antipática desde el principio, y que parecen sufrir el aburrimiento burgués (el 'ennui' trasladado a la generación de los cincuenta del siglo XX) de ciertas clases medias. Desde un punto de vista literario, la narración me resultó plana, y esquemática, en la que los conflictos de los personajes de expresan de forma superficial y decorativa, como si estuvieran en el mismo escenario teatral en el que arranca la obra.
Por otro lado, creo que mejora mucho la novela al final, conforme se hace más agria y desesperanzadora. Hay partes de gran comicidad y de un humor muy negro con el que se disecciona de forma crítica la vida artificial de una sociedad y unos personajes que han reprimido cualquier vínculo negativo con el mundo ("Revolutionary Hill Estates no era una urbanización para que ocurrieran tragedias") y reproducen de forma automática y sin significación real unos símbolos afectivos (amor de pareja o familiar, amistad) sustentados en el vacío como si de un anuncio televisivo o de una película de Doris Day se tratasen.
En todo esto, late una conclusión terrible: en un mundo en el que la normalidad conduce a la traición de los vínculos afectivos en una comunidad y a la infelicidad, solo la anormalidad (la locura de John Givings o la depresión de April Wheeler) son respuestas positivas a esa situación. Es en los personajes que se encuentran en la periferia de lo "normal" o excluidos de la comunidad donde se encuentra, de forma irónica, la salvación, como si fuera la autodefensa de un organismo ante un cuerpo enfermo. Evidentemente, aunque me parece muy acertado en su sentido literario, no estoy de acuerdo en un sentido personal ante esta conclusión que tiene mucho de autoflageladora. Tal vez como la propia vida del escritor.
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He aprovechado que han vuelto a recomendar esta obra en un club de lectura para repasar (que no releer) mis notas mentales sobre esta obra que leí hace ya dos años. Ahí va más o menos mi opinión sobre esta novela:
En líneas generales, no me gustó. Me resultó difícil conectar con una pareja que me cayó antipática desde el principio, y que parecen sufrir el aburrimiento burgués (el 'ennui' trasladado a la generación de los cincuenta del siglo XX) de ciertas clases medias. Desde un punto de vista literario, la narración me resultó plana, y esquemática, en la que los conflictos de los personajes de expresan de forma superficial y decorativa, como si estuvieran en el mismo escenario teatral en el que arranca la obra.
Por otro lado, creo que mejora mucho la novela al final, conforme se hace más agria y desesperanzadora. Hay partes de gran comicidad y de un humor muy negro con el que se disecciona de forma crítica la vida artificial de una sociedad y unos personajes que han reprimido cualquier vínculo negativo con el mundo ("Revolutionary Hill Estates no era una urbanización para que ocurrieran tragedias") y reproducen de forma automática y sin significación real unos símbolos afectivos (amor de pareja o familiar, amistad) sustentados en el vacío como si de un anuncio televisivo o de una película de Doris Day se tratasen.
En todo esto, late una conclusión terrible: en un mundo en el que la normalidad conduce a la traición de los vínculos afectivos en una comunidad y a la infelicidad, solo la anormalidad (la locura de John Givings o la depresión de April Wheeler) son respuestas positivas a esa situación. Es en los personajes que se encuentran en la periferia de lo "normal" o excluidos de la comunidad donde se encuentra, de forma irónica, la salvación, como si fuera la autodefensa de un organismo ante un cuerpo enfermo. Evidentemente, aunque me parece muy acertado en su sentido literario, no estoy de acuerdo en un sentido personal ante esta conclusión que tiene mucho de autoflageladora. Tal vez como la propia vida del escritor.
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